En numerosas competiciones internacionales de salto de esquí, el punto K (que representa la distancia ideal y teórica de un salto) está situado a 90 m del extremo de un trampolín normal. Por este motivo, el termino K90 o su variante K 90 se utilizan a menudo para designar este tipo de prueba. Esta denominación tiende sin embargo a desaparecer ya que los trampolines hoy se describen en función de la distancia entre el punto de impulso o despegue y el final de la zona de recepción (es decir, el punto L).