En numerosas competiciones internacionales de salto de esquí, el punto K está situado a 120 m del extremo de un trampolín largo. Por este motivo, los términos trampolín de 120 metros y K120 (o K 120) se utilizaban a menudo para designar un gran trampolín. Sin embargo, estas denominaciones han caído en desuso ya que los trampolines ya no se describen en función del punto K, sino por la distancia que se encuentra entre el punto de despegue y el fin de la zona de recepción (es decir, el punto L).